19/12/06

DESAFIO SEXTO DIA: BUDVA-SV.STEFAN KOTOR-DUBROVNICK-MOSTAR-SARAJEVO


La Bailarina de Budva.... precioso
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SEXTO DIA: Jueves 7 de diciembre. Diana a las 7, Problemas con unos policías que querían empurarnos por ocupar el carril que no nos tocaba en el semáforo. Nos hicimos los suecos y la sangre no llegó al río.Luego visitamos en centro histórico de Budva, el puerto, la muralla, la estatua de la bailarina y demás
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Bailando al son de las olas.....

El Mar Adriático

Josep quería un barquito para retirarse aquí

Fortaleza

Las tres Marías ...

Josep haciendo amigos por la ciudadela

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Salimos ya de ruta pero el grupo se nos rompe por un malentendido, total que los Blues Brothers se acercan a la antigua capital Cetinje mientras nosotros los esperamos en Sveti Stefan, un pueblecito encantador unido a la playa por una simple pasarela. Está lloviendo a ratos. Seguimos separados visitando Kotor, sus murallas y callejuelas, y dando una vuelta preciosa a la badía, parando por ejemplo en Perast, a la vista de sus dos diminutas islas con una iglesia en cada una.
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Sveti Stefan, una "cucada"

Grego estuvo aquí

Detalle agreste


Por ahí he subido !!!!!

Sin problemas Houston

Dan miedo solo de verlos con el hacha.....

Un "posado"

Las murallas de Kotor suben casi en vertical


Más Kotor

Catedral

Ayuntamiento

Perast, una vista realmente bonita.

Más


Para enmarcarla....

Cuanta paz da observar el agua...

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Por arte de birli-birloque, y sin coordinar nada, nos encontramos todos en marcha de nuevo justo antes de llegar a la frontera croata.Entramos por segunda vez ya en Croacia, ahora para llegar hasta Dubrovnick, donde paramos a pie de murallas (impresionantes), y nos marcamos un picnic de campaña con los restos de material sobrante que todavía quedaban en las maletas, el pan del día anterior, el fuet, el foie gras, el chocolate, los frutos secos, y así
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Dubrovnick .... allà vamos!

Por algo la llaman la perla del Adriàtico ...

Más vistas

Picnic a pie de murallas, la Torre Minceta al fondo

Va por ustedes .....

Amontonamiento motero

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Entrar en Dubrovnick y empezar a encontrar españoles fue todo uno, éste sí que es un destino turístico habitual. Tras bajar las impresionantes escaleras, repasamos las murallas con la Torre Minceta, la Fuente de Onofrio, la calle principal Placa o Stradum, las puertas Pile (con naranjos) y Ploce, Iglesia San Blas, Monasterio Franciscanos, Palacio Sponza, Luza, Lonja de la campana, Catedral, Palacio Retori y el Fuerte a orillas del Adriático, donde nos empujamos unos cafeses y nos dimos un ratejo para las compras familiares. Al entrar en la ciudad amurallada un mural explica donde cayeron todas y cada una de las más de 2.000 bombas y misiles que fueron lanzados sobre Dubrovnick durante la guerra por los serbios.
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Peazo escaleras del copón...... aquí no hay gimnasios, seguro.

Callejuelas con historia


La Placa o Stradum, calle principal de la ciudad vieja

Lonja de la Campana

Fuente de Onofrio

Vista desde las murallas

Como Pedro por su casa....


No puedes dejar de tirar fotos

El hombre y el mar...

Algunos tejados son nuevos por el bombardeo....

No sabes donde mirar

Momento reflexivo


Don Josep encargado de la vigilancia

Otra para ponerle un marco

Joselito hecho un brazo de mar.....

Grego en el puerto

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Siguiendo por la costa se pasa por una pseudo-frontera bosnia de 9 kms, se vuelve a entrar en Croacia (y van 3 veces ya..), y al torcer al Norte dirección Mostar sí que ya se pasa la frontera bosnia oficialmente. Llegamos a Mostar y quisimos pararnos tanto en las múltiples casas destruidas que encontrábamos, como en el famosísimo puente de Mostar destruido durante la guerra y reconstruido luego como símbolo de la unidad, y la concordia, ya que precisamente une dos partes de la Ciudad, la muslim (musulmana), y la cristiana.

Encontramos un antiguo militar bosnio que fue herido en dos ocasiones en dicha guerra, que nos hizo de guía explicándonos los pormenores del conflicto, la historia del puente, los enclavamentos de los morteros desde donde se disparaba a la población, etc; todo ello con su hijo pequeño que alucinó (sin sonreír casi nunca) sobre nuestras motos. ¡Que bien nos sentimos al hacer feliz por un momento a un niño bosnio marcado por el conflicto bélico! Pero en su afán por colocarnos un alojamiento en Mostar, nos dijo pestes de la seguridad en Sarajevo, y de lo habitual que eran los robos de vehículos que desaparecían inmediatamente de la ciudad sin control ninguno.
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Casa destruida en Mostar (una tras de otra en la misma calle en realidad)


Puente de Mostar

Vista panorámica

Los cuatro en pleno puente con el chaval bosnio

Seguro que se acuerda durante mucho tiempo.

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Entre la emoción de ver las casa destruidas, la historia del bombardeo contada por el oficial bosnio con su hijo en brazos, el frío intenso que empezó a hacer a nuestro paso, y la visión de un Sarajevo peligroso, la ascensión hacia la capital de Bosnia-Herzegovina fue penosa y callada, una bruma de tristeza parecía que nos envolvía a nuestro paso.

Llegamos finalmente a Sarajevo, todo un mito, y aparcamos delante del que tenía que ser nuestro hostal justo en la plaza Sebilj, pero resulta que no, que eso sólo era la oficina, y que nos han buscado un “chalecito” con sitio para dejar las motos. Total que nos dicen que sigamos a un mercedes viejo, que empieza a subir por la colina de Sarajevo y nos deja en una especie de chabola-granja, con varios perros guardianes. Y allí nos dejan .. Si llego a ir sólo me escagarrino pensando que por la noche van a venir unos cuantos a estriparme.... Pero al final nos gustó la idea de tener un chalecito con vistas a la ciudad, que nos daba mucha libertad y autonomía .... claro que por la mañana pudimos ver con toda claridad que habíamos dormido ni más ni menos que a unos pocos metros del cementerio de Sarajevo (!!!!!!!).

Pero bueno, por la noche lo que hicimos fue la duchita de rigor, y vestidos de paisano bajar al centro con 2 motos, donde a pesar de circular con ellas otra vez más por todas las calles peatonales, no encontramos ningún restaurante ni bar abierto. Al final el gran Josep les pregunta a unos policías, y la cosa acaba en una escolta policial para las dos motos por las calles de Sarajevo (parecía una película de Berlanga con nosotros saludando a la afición ... lástima no tener fotos...) hasta llevarnos a un chiringo abarrotado de policías y taxistas donde dimos buena cuenta de varios platos locales. Vuelta al chalecito y a la piltra que ya iban a caer las 2 de la madrugada.